Hace tres años habíamos estado con amigos y ahora hemos vuelto a repetir
con la familia.
La casa es cómoda y bonita y la propietaria muy atenta. Su asesoramiento
acerca de qué ver en la zona es mejor que el que te brindan muchos guías
turísticos. La estancia es un diez ya que tras un día visitando lugares y
haciendo actividades, muchas sugerencias por Marifé, vuelves a la casa
(nosotros hemos estado ambas ocasiones en la del arroyo) y te sientes como
en la tuya propia. Volveremos!